miércoles, 19 de diciembre de 2012

Muertos que caminan

Young y Leafhead describen un caso moderno de síndrome de Cotard en un paciente que sufrió daños cerebrales debido a un accidente de motocicleta:

Los síntomas [del paciente] se dieron en el contexto de sensaciones más generales de irrealidad y de estar muerto. En enero de 1990, después de recibir el alta en el hospital de Edimburgo, su madre lo llevó a Sudáfrica. 

Estaba convencido de que había sido llevado al infierno (lo que se confirmaba por el calor), y que había muerto de septicemia (que había sido un riesgo al principio de su recuperación), o quizá de sida (había leído una historia en The Scotsman acerca de alguien aquejado de sida que había muerto de septicemia), o de una sobredosis de una inyección contra la fiebre amarilla.

Pensaba que se habían «apropiado del espíritu de mi madre para mostrarme el infierno», y que seguía dormido en Escocia.
El síndrome puede aparecer en el contexto de una enfermedad neurológica o mental y se asocia particularmente con la depresión y la desrealización.

Antes que Cotard lo describiera ya se habían encontrado casos clínicos similares aunque no descritos con tanto detalle como hizo Jules Cotard. 


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